“Para ayudar, es requisito ver, pero para ver hay que querer ver, hay que saber ver y hay que saber dar sentido a lo que se ve”. Myrtha H. Chockler.
Mi primer contacto con los mini mundos, las piezas sueltas y las instalaciones comenzó de la mano de Sandra, madre de una de mis alumnas, que me abrió una ventana hacía nuevas formas de ver, hacer y sentir la educación Infantil.
Sandra trabaja en el ciclo 0-3 y lleva mucho recorrido en los mini mundos, las piezas sueltas y las instalaciones, me planteó un proyecto de colaboración familia escuela, compartiendo ideas y materiales, para observar que sucedía en mi aula, en la que conviven niños y niñas de 3 a 5 años.
A lo largo de mi carrera profesional había probado el juego heurístico, la experimentación con materiales no estructurados, pero siempre en aulas de 2 años, pero nunca había oído hablar de los mini mundos. Me convenció totalmente su propuesta en cuanto me explicó que surgió con el objetivo de desarrollar la creatividad y el pensamiento crítico a través de materiales n
o estructurados, presentados de una manera estética. Todos nacemos creativos pero esta capacidad va desapareciendo si no la desarrollamos y esto podemos conseguirlo a partir de materiales que interactúen entre sí y sean atractivos para los alumnos.
Desde ese momento comencé a mirar el aula de una manera diferente y a plantearme una serie de preguntas sobre el espacio y los materiales del aula, sobre los alumnos y sus necesidades y sobre todo sobre mí ¿ qué dice el aula de mis intenciones educativas? ¿los espacios del aula responden a las necesidades de juego de todos mis alumnos? ¿los materiales son adecuados, plantean diferentes escenarios de juego? ¿en el aula planteo repuestas a todas las preguntas de mi alumnado?...
A todas estas preguntas todavía no he encontrado respuesta, ya que requieren de una reflexión constante, pero si que llegué a la conclusión de que la propuesta de Sandra y la utilización de materiales no estructurados, ate
ndían a las necesidades de TODOS mis alumnos ya que en función de su nivel de desarrollo, las posibilidades de exploración y juego con ese material serán distintas en cada uno de ellos.
Así comenzó una búsqueda de materiales y una investigación sobre los mismos para poder construir en el aula propuestas creativas a través de los mini mundos , las piezas sueltas y las instalaciones.
Estamos comenzando en esta nueva aventura, pero tanto el entusiasmo de los alumnos, como la satisfacción personal de ver el alcance de su creatividad y de su disfrute, hace que crezcan nuestras ganas de continuar investigando y sobre todo de seguir ampliando la mirada que deposito sobre la infancia y sobre su cultura, una mirada que nos hace creer en su capacidad para aprender y construirse como seres humanos, desde el respeto más absoluto a sus propios procesos de crecimiento y a su diversidad de intereses y necesidades.
GLORIA BARRIL GARCÍA
Maestra en Educación Infantil.
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